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Mi amado Pelusa Andrés Junior Tercero.
17 de Marzo de 1991 - 21 de Diciembre de 2008.
Hoy bajo un arranque de melancolía, quizás por la casi eterna costumbre de amasarte los cachetes todos los días, caminé hasta tu ánfora y con suma ternura acom
odé su etiqueta. No es fácil acostumbrarse a tu ausencia, cuando nos acompañaste 17 años, 9 meses y 4 días, y más aún, cuando esta casa se autodefinía como gatocéntrica.
Fuiste amo y señor de 32 cuys, a quienes protegiste dos veces arriesgando tu vida; te escapaste dos veces en la vida, haciéndome sufrir por dos largas semanas; saltaste desde un segundo piso, gracias a una trampa que hizo Javier; decías mamá de manera tan clara que para algunos fuiste macabro; mi padre quien no quería gatos te tuvo tanto respeto que hasta dejó de tutearte con los años; mi madre te consideraba su hijo menor; se te acostumbró a tener tu estufa, tu silla, tu sillón, y estos eran movidos conforme a las horas del día para que tomaras sol; fuiste exigente a la hora de comer puesto que tus gustos giraban entre la posta, el asiento, el lomo, el salmón y los espárragos.
Te amé y te sigo amando,
y se bien que tu me amabas. Mi alma se aferró a ti desde el momento mismo en que te abracé por primera vez hace 18 años, y tus uñas no querían soltar mi chaleco, situación que se transformó en una larga y adorable costumbre. ¿Quién me hará tira los chalecos ahora?
En mis sueños estás vivo, en mi mente estás en el cielo, a mi alrededor están tus cenizas, para nuestro inconsciente estás presente puesto que aún hacemos cosas que solo tenían sentido cuando vivías. Lentamente voy saliendo del luto, al menos ya tengo asimilada la idea de que tengo un gato en polvo.
Descansa en paz mi querido "ñipi ñipi", estarás siempre en nuestro corazón.
odé su etiqueta. No es fácil acostumbrarse a tu ausencia, cuando nos acompañaste 17 años, 9 meses y 4 días, y más aún, cuando esta casa se autodefinía como gatocéntrica.Fuiste amo y señor de 32 cuys, a quienes protegiste dos veces arriesgando tu vida; te escapaste dos veces en la vida, haciéndome sufrir por dos largas semanas; saltaste desde un segundo piso, gracias a una trampa que hizo Javier; decías mamá de manera tan clara que para algunos fuiste macabro; mi padre quien no quería gatos te tuvo tanto respeto que hasta dejó de tutearte con los años; mi madre te consideraba su hijo menor; se te acostumbró a tener tu estufa, tu silla, tu sillón, y estos eran movidos conforme a las horas del día para que tomaras sol; fuiste exigente a la hora de comer puesto que tus gustos giraban entre la posta, el asiento, el lomo, el salmón y los espárragos.
Te amé y te sigo amando,
y se bien que tu me amabas. Mi alma se aferró a ti desde el momento mismo en que te abracé por primera vez hace 18 años, y tus uñas no querían soltar mi chaleco, situación que se transformó en una larga y adorable costumbre. ¿Quién me hará tira los chalecos ahora?En mis sueños estás vivo, en mi mente estás en el cielo, a mi alrededor están tus cenizas, para nuestro inconsciente estás presente puesto que aún hacemos cosas que solo tenían sentido cuando vivías. Lentamente voy saliendo del luto, al menos ya tengo asimilada la idea de que tengo un gato en polvo.
Descansa en paz mi querido "ñipi ñipi", estarás siempre en nuestro corazón.
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