Marisol. Mar y Sol.

Marisol.
Mar y Sol.

Nacida en un entorno de esfuerzo, en donde el temor a madrugar no existía, y bajo cánones de férrea unión familiar y espíritu medieval, en ella se fusionó la sangre luchadora y de carácter fuerte, de tres pueblos portadores de emblemas de libertad. Su nombre vinculado a María, madre de Jesús, a quien respeta y venera, y a Soledad, uno de los sentimientos que le produce pánico, sin pretenderlo ha servido de puente a dos elementos que el esoterismo les ha dado el poder de reyes, y a ratos es claro ejemplo de su voluntad, puesto que cuando está bien otorga la tranquilidad del mar y la iluminación del sol, pero enojada socava las rocas y quema la piel.

Si bien en ella abunda la neurosis y el nerviosismo de una quinceañera cuando mira el mundo tal cual es, en ella suele primar, también, la sabiduría de una mujer de mundo, revirtiendo cualquier situación a su favor, sin que sus pretensiones ni su actuar sea manipulador. Eso se debe a que es una mujer bondadosa con un espíritu afectivo que adopta el alma de quienes se le acercan, como quien recoge a un gatito recién destetado, sin discriminar ni imponer límites. Aunque no es fácil, esta virtud con aires de defecto le ha traído más lágrimas que sonrisas, y a pesar de todo su generosidad yace impoluta.

Aunque ha construido una fortaleza a punta de dolor, jamás cierra la puerta para quien desee entrar, pidiendo a cambio sólo un gesto de cariño. Su sensibilidad portadora de una estrella, le sirve de guía y esperanza para evitar desplomarse ante un problema. Aunque ella necesita rodearse de gente permanentemente para beber del jugo de sus afectos y atenciones, ante las tragedias la energía afectiva que le permite sobreponerse y luchar nace de ella misma, cuando se refugia en su propia soledad y busca la respuesta en los estandartes de sus tres pueblos libres.