miércoles, 17 de enero de 2007

El incendio y la hoja seca. Una historia real.


El incendio y la hoja seca.

Una historia real.

Hoy ha sido uno de esos días en los que me defino como un meditabundo ya que el mismo pensamiento da una y otra vez vueltas por mi cabeza.

Todo comenzó temprano, mucho antes de las 10:00 de la madrugada. Yo estaba dormido cuando sonó el teléfono y seguí dormido cuando lo contesté, ya que mi cuerpo había despertado pero mi conciencia no. Narcolépticamente llamé a mi madre porque el llamado era para ella, me volví a acostar. Un par de minutos más tarde, nuevamente suena el teléfono, ahora mi mente estaba un poco más despierta, y mi ánimo un poco más irritado; como si me relataran un chiste, una señora me dice que llama de Algarrobo repitiendo un recado de Concepción, a nombre de un señor de Coelemu que necesitaba contactarse con su hermanas en Santiago. Cinco minutos más tarde hay otro llamado, contesto, y me piden mi nombre, y me sorprendo puesto que alguien se preocupó de no verme como operador telefónico y recadero sino que como persona, fue casi emotivo. Con un tono amable y un acento de "huaso acampao" se presenta como un tío mío (cuyo parentesco queda en duda), y me saluda como si me conociera de toda mi vida. Sin ser descortez, por mi parte reacciono respondiendo binariamente, mi mundo cerebral sólo había activado sus funciones básicas. El gentil hombre me pide por favor que le avise a mi madre y a mi tía, que hubo un incendio en Coelemu y que mi tío lo había perdido todo, quedó con lo puesto.

Colgué, informé mi familia quienes informaron a mi tía, mientras tanto yo me quedé pensando en una oscura imagen. Un incendio es una situación terrible, arruinante, y la víctima había sido un pariente muy directo, un hermano de mi propia madre, sin embargo, no sentía nada, la situación era grave pero no me conmovía.

Siempre he sido un hombre familiar, no sólo soy muy apegado a mi familia nuclear sino que también a la extensiva. Y si bien mi familia paterna y materna está entremezclada, a tales niveles que una misma persona puede ser mi pariente sanguíneo y político con varios grados de diferencia, hay veces en que el grado no indica cariño. Me explico, tengo tías y primas con tantos grados de distancia que casi ni se consideran parientes en la legislación, pero con un cariño y un sentimiento tan profundo, que los siento muy cercanos.

Ahora bien, ¿por qué no siento nada?, la respuesta está en mi propia formación. Se me enseñó, obligó, permitió, y entrenó para compartir con toda mi familia, sea paterna o materna, salvo con una persona, uno de los hermanos de mi madre. A los 6 años ya conocía a primas con las cuales tengo nada menos que 60 años de diferencia, veraneaba con mis tíos, compartía con mis primos y primas como si fuesen mis hermanos, sin embargo, me fue vedado uno, me ocultaron uno, ni siquiera lo mataron en vida, sino que al menos en mi conciencia él nunca nació.

Fue a los 13 años de edad cuando me enteré que tenía un tío, hermano de mi madre, que había sido borrado de los registros de la familia, y fue por un accidente. Reaccioné molesto, y pregunté muchas veces porqué se me ocultó la existencia de ese tío, y la respuesta era la más cínica de todas, "son ideas tuyas, nunca se te ha ocultado nada". A los 15 años me enteré, por casualidad, escuchando a hablar a mi mamá y mi tía secretamente, sobre el problema de alcoholismo de su hermano, ahora la razón era más que cínica, injusta. Hasta el día de hoy, preguntar por él, es cambiar de tema.

Solamente tengo una foto de él, y que me llegó indirectamente gracias a una tía que no pienso delatar en este post, sin embargo, no siento apego, sólo sé que existe, es una hoja seca que cayó de mi amplio árbol genealógico, una hoja seca que de seguro lo ha pasado mal, y que ahora debe estar pasándolo peor que nunca.

Un amigo me preguntó esta tarde, al comentarle mi extraña imagen revoloteante, si lo que sentía era esa frialdad cuando ve una trágica noticia donde mueren 30 personas en un bus y ni cosquillas siente. En mi caso no es así, siento que hay alguien que lo está pasando muy mal, y que está sufriendo por perderlo todo por culpa de un incendio que arrasó varias casas y afectó a una comunidad entera. Me conmueve la imagen desconsoladora, porque me sigue dando vueltas en la cabeza que hay alguien con el cual comparto un porcentaje genético sufriendo por ello, pero en nada se diferencia de lo que siento por él, y por la señora de al lado, y por el señor de la otra cuadra que debe estar viviendo lo mismo. En este caso no puedo cambiar de canal y olvidarme.

Lo que si tengo claro, es que no siento lo que si sentiría por el resto de mi familia, y que nadie me puede obligar a sentir, mucho menos mi familia.

6 comentarios:

  1. Daniel D'ni: La emotividad, el cariño y la empatía no responden a la sangre... Cuando tu estas triste yo también lo estoy, cuando sonries yo también sonrio y no tenemos parentela en común.

    Sin duda que nadie te puede obligar a sentir pero acaso no será, en burda hipótesis mia, que te sientes algo extraño (tal vez mal) por no sentirte afligido ante tan nefastas noticias?

    Solo te puedo decir que alzaré una plegaria a tu tío pues creo que una de las peores vivencias a experimentar, es que el esfuerzo de toda una vida sea arrasado por el fuego, el agua o el barro.

    Un abrazote mágico para ti, like always!

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  2. Es cierto, la sangre provee ciertos vinculos pero los emocionales no se nacen espontaneamente, se construyen con el cuidadoso labor de amor dado y recibido. Tengo hartos parientes que no conozco puesto que la mitad de mi familia vive al otro extremo del pais y que muchos no he visto en mas de 10 anos. Sin embargo tengo amigos que son como familia. No lo diria frialdad, sino la extension natural de las simpatias humanas, nos conectamos mas con los que estan en nuestro circulo a diario. El enlace de los que tienen poco o ningun contacto nosotros es cosa tenue y fantasmal.

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  3. Como dice la Maga el cariño no responde a la sangre...yo tal vez quiero más a mis cuñad@s y a mis amig@s de lo que quiero a algunos de mis primos.
    Da lata la situación y quizás uno se conmueve de la mala suerte que tuvo y de lo mal que lo pueda estar pasando, pero no significa que te vaya a despertar el cariño que nunca hubo... aunque peor es el porque no se gestó ese cariño.
    En fin como dicen, pasa hasta en las mejores familias....ojalá que tu tío se recupere pronto de este mal momento.
    Muchos cariños para ti...ah y lo que me decías en mi blog de los ciclos es cierto.... me doy cuenta porque siempre termino recurriendo al mismo personaje. Well, es lo que hay jeje.

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  4. Anónimo3:12 p. m.

    Que lata lod e tu tío, y como dices, me daría pena = aunque no fuese un familiar, debe ser terrible perderlo todo en un incendio, y no digo solo lo material, muchas veces tras las murallas guardamos un sin fin de recuerdos que nos acompañan por el resto de nuestros días, que historias y misterios, tantas emociones y desencuentros, en fin, tantas cosas.

    Pienso lo mismo que tú, el ser familia no une nuestros sentimientos, es la compañía y el día a día el que generan sentimientos inexorables e inquiebrantables.

    Un beso gigante, graciaspor tus comentarios y ESPERO VERTE SI O SI HOY en la despedida de la Pau Pau ;-)

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  5. Maga: No me siento extraño por sentir lo que siento y no sentir lo que no siento. No se trata de eso, es la sensación extraña de sentirme lejano porque fui obligado a alejarme.

    Tienes razón respecto a la sangre.

    Voto del silencio: Si, es el diario vivir el que nos regala el cariño, el ADN no tiene rol en este asunto.

    Lajose: Debe estar pasándolo súper mal, y ojalá que se recupere. En todo caso, no perdió lo más sagrado que tenía, la vida y la salud. Los bienes se recuperan.

    verito-mckay: me desocuparé y verás, un abrazote.

    Gracias a todos por sus palabras, y tienen razón, sangre y cariño se venden por separado.

    Daniel Alberto Silanes Puentes salió del estado melancólico.

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  6. Hola,
    Sabes creo que es entible que no quieras a tu tío.
    A mi me paso algo similar. Hace un par de años se murió mi Abuelo Paterno. Pero yo en la vida lo habia visto. Sabía que estaba vivo. Pero nada más.
    Y de hecho lo conocí en el feretro.

    Creo que los sentimientos nunca estan condicionados por la relación sanguinea. Pasa por la convivencia que uno tiene con una persona.


    Besitos

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