domingo, 6 de mayo de 2007

Una valiosa pérdida, una simple reflexión y una gran lección.


Un valiosa pérdida,
una simple reflexión y una gran lección.

En conmemoración de mi nacimiento, mi padrino me regaló una medalla metálica religiosa cuando ni siquiera sabía hablar. En una de sus caras salía la virgen María y el niño, y en la otra la fecha en que nací. No era muy grande, no más allá del tamaño de dos lentejas, mucho más chica que una moneda de $1 peso chileno.

La medalla me fue entregada recién cuando cumplí los 17 años, y porque yo la pedí a mi madre, después de todo era mía. Si bien nunca supe de que material estaba hecha, y aunque hubiese sido de oro, no tenía mucho valor comercial por su tamaño y por estar rota en la parte donde iba su ganchito.

Para mi era un objeto de incalculable valor emocional, y por tanto la atesoraba en una bolsita de terciopelo, que a su vez estaba guardada en un cajón escondido dentro de mi escritorio, que a su vez está dentro de mi dormitorio. El tesoro estaba tan bien escondido que veía la medalla cada 3 o 4 años, y la guardaba exactamente en el mismo lugar.

En mi casa todos sabían donde estaba aquella medalla, y estimaban que era un lugar muy seguro, puesto que nadie se mete en ese cajón. Ahora bien, hoy revisé la bolsita que la contenía, y no estaba. Registré todos los cajones y cada parte de mi escritorio y no apareció, en los demás rincones no tenía sentido buscar.

Sólo se me pudo haber perdido a mi, durante la última vez que la manipulé, no existe otra explicación, ya que si alguien hubiese entrado con la intención clara de robar, se habría robado cualquier cosa con mucho más valor ya sea material o sentimental, que algo que sólo era valioso para mí. Descarto que alguien lo haya hecho por descuido, por envidia o por hacerme daño, puesto que quien verdaderamente me conoce sabe que me hace más daño cualquier cosa que esto, y nadie busca nada en ese cajón puesto que guardo cosas personales e intrascendentes a los ojos de los demás.

Es una pena porque tenía la intención de que cuando tuviese un poco de dinero, mandarla a reparar y colgármela en el cuello. Ahora no podré hacerlo, simplemente porque ya no está donde debería estar.

Se paga caro un descuido, sin embargo, esta pena se me pasará rápido, sólo perdí una medalla que me traía recuerdos que persistirán en mi memoria, hasta la amnesia, el alzheimer o la muerte me los arrebaten. Habré perdido algo material pero ahora mantengo con más fuerza lo emocional y espiritual, que es lo que realmente vale.

11 comentarios:

  1. Anónimo3:07 p. m.

    estas de cumpleaños?

    :P

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  2. Sebastián Leroy: No, no estoy de cumpleaños, nací un 13 de Marzo, así que como comprenderás ya pasó hace rato.

    ¿A qué se debe la pregunta?, lo de mi nacimiento era para explicar el origen de la medalla, no para otra cosa.

    Daniel Alberto Silanes Puentes recuerda que fuiste uno de los primeros en saludarme en Marzo.

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  3. Daniel: es impresionante como le damos un valor emocional a ciertos objetos y cuando los perdemos en doloroso...

    Después de 7 robos en mi casa, saque la misma conclusión que tú... nadie puede robarte o hacer desaparecer tus recuerdos, decidi no plasmar más emociones en objetos y conservar momentos y sentimientos...

    En el verano recorría un parque nacional y se me perdió una cigarrera q tenía una "historia"... mi amigo angustiado quería volver a recorrer todos los senderos para encontrarla...y yo le dije "ni mi familia, ni mis recuerdos esta ahi, asiq no me importa"...

    Un abraso

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  4. Si Polaca, mientras no perdamos la cabeza, siempre estaremos bien.

    Lo material va pasando lo emocional va quedando.

    Un abrazote,

    Daniel Alberto Silanes Puentes tiene otros talismanes.

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  5. Anónimo6:17 p. m.

    tienes razon!

    te salude en la madrugada...

    Sebastian Leroy se pregunta si sufre de alzheimer

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  6. Dani boy, las cosas aparecen solas a veces. Un poquito de esperanzas y tal vez la rueda de la fortuna te de una sorpresa.

    Confío que aparezca :)!

    Un abrazote. Gracias por escucharme hoy (F)

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  7. Sebastián Leroy: bueno, no es una gran peladura de cable, de vez en cuando nos pasa.

    Maga: Ojalá que aparezca sola, pero por su tamaño y por la forma en que la resguardaba, dudo mucho que eso ocurra fácilmente.

    Daniel Alberto Silanes Puentes tiene esa imagen en la cabeza.

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  8. Que pena!!! Yo que siempre guardo todo lo que me dan, te entiendo perfectamente porque era un recuerdo muy preciado para ti, espero que lo encuentres.
    Recuerda la esperanza es lo ultimo que se pierde...


    Ana María aun tiene la primera tarjeta que me diste para mi cumpleaños y muchas otras cosas....tu sabes cuales ;)

    Besos

    =)

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  9. Anita: Jajajajajajaja, de las cosas que yo sé cuales, la que más fresca viene a mi cabeza es una prenda de vestir emplumada.

    Daniel Alberto Silanes Puentes recuerda cuando inventamos "enchúlame el colalés"

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  10. Hola:
    es lamentable pero a veces las cosas se pierden, pero los recuerdos y el amor no lo hacen junto con ellas.

    Muchos besos y cariños desde este tropical país.

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  11. Alezita: Páselo chancho en el tropical país. Disfrute, y traigame un pozo petrolero de regalo.

    Daniel Alberto Silanes Puentes te imagina turisteando con una piña en mano.

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