viernes, 11 de agosto de 2006

Ciega exageración.


Ciega exageración.

Solo faltan cinco días para que se abran las postulaciones a Clínicas Jurídicas, y a contar de ese momento tendremos sólo 48 horas para decidirnos. Es tensionante, una cruel carrera contra el tiempo en donde se ignora cual es el verdadero premio hasta que ya es demasiado tarde para arrepentirse. Me pregunto porque en los pasillos donde uno busca aprender se maneja en la más absoluta ignorancia e incerteza, me pregunto porque en una carrera orientada a la justicia es en donde menos se habla de ella.

Nadie sabe de que tratan aquellas Clínicas hasta una semana después de haberlas solicitado, de aquella misma manera en que nadie conoce los programas de las distintas asignaturas hasta el primer día de clases. Nadie sabe como es un profesor ni cuál es su método hasta que ya estás en clases, salvo por algunas conversaciones de pasillo que quizás te alerten a tiempo, porque toda la información es secreto de Estado que puede hacer peligrar la Seguridad Nacional. A fin de cuentas, ya nos adelantaba Eugenio Derbez hace unos años "nadie sabe, nadie supo, fue horrible...no se puede, si se puede, no se puede, si se puede".

Muchas pruebas aparecen en el camino del estudiante de derecho, hay quienes deben estar en dos lugares al mismo tiempo, y hay otros en que la ironía del destino hace caer a muchos en Comisiones de Ética en donde no se respetan en ninguna instancia los principios básicos del debido proceso. En nada se diferencia de la ceguera nuestro mal, y mucho se asemeja a un acto reflejo, salvo que no se cuenta con aquella seguridad innata de saber cual es el resultado final. Sólo nos manejamos por rumores e intuición en un mundo de lenguaje preciso y reglamentos estructurados que conocen aquellos que no han muerto en el intento, como ocurre en las películas Cube e Hipercube.

Bueno, ya me queda poco para llegar al final del camino, es lo único cierto en este mundo de dudas.

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