Scare Tactics.

Scare Tactics.

Mañana a las 08:30 am. comienza el examen oral de Tributario II. Seré uno de los primeros interrogados ya que el profesor invirtió la lista, es decir, por fin los últimos serán los primeros.

Dudo que me valla bien, de hecho haciendo una confesión muy sincera no estoy preparado para dar una oral. Leí en voz alta, en voz media y en silencio toda la materia en orden (unas guías bastante gruesas por lo demás), traté de estudiar y repasar en conciencia, pero a la hora de tratar de repetir algo o explicar algo de memoria, aparece el más grade y profundo vacío mental, y no es por desconocimiento, es por miedo.

Siempre me han aterrado las pruebas orales, es más, si algún día alguna persona que quiera destruir su amistad conmigo de una manera rápida y eficaz, puede inscribirme en un programa de bromas de cámaras ocultas tipo Scare Tactics (Tácticas del Miedo). Basta que la broma se trate de dar un examen oral, para que se genere una reacción lo suficientemente aterradora en mi, y lo más macabramente divertida para los demás.

A veces pienso que los exámenes son una mala broma de la vida. Tienes frente a ti un hombre que se quiere desocupar luego, tras haber escuchado respuestas sensatas e insensatas de al menos unas cuarenta personas más. Te mira y te dice amablemente que te relajes, para luego empezar a pasearte por la materia, materia que en tu cabeza se empieza a revolver y a diluirse, como los cristales de azúcar en un té caliente, y que pone a prueba la paciencia del profesor. El profesor te mira, luego mira tu promedio y asistencia, y si ambos son buenos, el hace una y otra pregunta hasta aburrirse, a veces te da ejemplos o trata de guiarte, pero por esas cosas de la vida, el ejemplo que te da o ese camino que te abre, siempre te lleva a una trampa (bellos salvavidas de plomo). Una vez ya acorralado, el profesor te aniquila dándote un tiro de gracia, y te pone una nota que no te puede importar menos porque tu mente se ve liberada de esa tortura, que muchos comparan con un parto. Cuando ya sales de la sala, sagradamente escuchas el comentario "esa era mi pregunta".

Algunos se ríen de tus respuestas, otros se ríen de tus reacciones, y no falta el que se ríe de cualquier cosa porque está más aterrado que tú, lo importante es que esas rizas no te importan en lo más mínimo, y aunque te llegasen a importar, esas cosas tarde o temprano se olvidan.

Yo puedo generar muchas rizas en los exámenes, aunque generalmente genero otro tipo de reacciones más funestas. Pero gracias a Dios jamás reaccionaré, creo yo, como el tipo de la Rata Monstruo, así que nunca generaré rizas tan estridentes; espero que con este último comentario se terminen por convencer en no inscribirme en algún programa de cámara oculta.

Uff, ruego a Dios no tener que rendir nunca más un examen oral, me hace delirar pensando tonteras. Gracias por leerme.